A partir de la conversión de Cornelio (Hechos 10), judíos y gentiles tenemos acceso al Padre por un solo espíritu:
«… ya no son extraños y residentes forasteros, ahora son ciudadanos de los santos y miembros de la casa de Dios…» (Efesios 2:19-20 -VNM-).
“Porque él es nuestra paz, el que hizo de los dos grupos (judíos y gentiles) uno solo y destruyó el muro de en medio que los separaba” (Ef 2:14 –Versión Nuevo Mundo