Los testigos de «Jehová» no logran entender que el Padre y el Hijo son iguales. Tal conjetura surge de este razonamiento: “¡Ningún hijo puede existir antes que su padre!”.
Su hipótesis sería válida si de seres humanos se tratara, porque todo ser humano nace, vive, y muere subordinado al tiempo.
Pero cuando hablamos de Dios debemos entender que no es sólo cuestión de < TIEMPO >, sino de << ORIGEN >>:
El fuego da origen a la luz; pero la luz no se origina después del fuego: Ambos surgen simultáneamente.
Jesús no sólo es el Primero (Alfa) y el Último (Omega) sino también el Rey de reyes y el Señor de señores.