¡Claro que lo fue! Hasta los demonios admitieron esa verdad: “Tú eres el Hijo de Dios” (Mateo 16:13-16; Lucas 4:41 -Versión Nuevo Mundo-).
¿Qué decía la gente de Jesús?
Muchísima gente se convenció de que Jesús era el Mesías prometido, el Hijo de Dios. Y otras muchas se enojaron cuando él les aseguraba que lo era; y eso porque entendían muy bien qué quería decirles cuando él les decía: < Yo Soy Hijo de Dios >.
¿Qué decía Jesús sobre su identidad?
Sobre < su identidad humana > él siempre dijo ser el Hijo de Dios, siempre puso en relieve su naturaleza humana.
Era necesario que el Verbo viniera a este mundo como hombre y ocupara el lugar del hombre caído; de no ser así < todos estaríamos eternamente perdidos >.
Por un humano (Adán) todos fuimos destituidos de la gloria de Dios, pero por otro hombre (Jesús), ahora < todos > podemos regresar al estado de Adán antes de su caída:
“Porque así como por la desobediencia de un solo hombre (Adán) muchos fueron constituidos < pecadores >, así mismo también por la obediencia de uno solo (Jesús) muchos serán constituidos < justos >” (Romanos 5: 19 -Versión Nuevo Mundo-).
¡Qué hubiese sido de nosotros si el Verbo no se hubiera humillado entrando al vientre de María!